no nos llames, nosotros te llamamos

lunes, 29 de diciembre de 2008

Si antes pensaba que los trabajos y trajes de oficina eran lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, las entrevistas para postular a ellos lo son.
Sin embargo, si en algún momento pensé que las entrevistas de trabajo era lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, ir totalmente convencida de que iras a una simple entrevista y que esta resulte ser más que una entrevista face to face, una dinámica de grupo en la que tienes que no solo tragarte tu orgullo, tratar de decir algo más inteligente que los demás, no perecer muy desesperada por el puesto y, como si fuera poco, poner tu mejor cara, lo es.
Aunque pensándolo bien, sí hay algo que podría ser peor que eso. Si antes pensaba que las entrevistas de trabajo y las dinámicas de grupo era lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, encontrarte con gente conocida en ellas lo es. El tener a alguien conocido al lado hace que la competencia se haga no solo más difícil, sino mucho más incómoda, además de agregarle el hecho de que no podrás inventarte cosas para condimentar tus graciosas y virtualmente verdaderas anécdotas.
Si antes pensaba que las entrevistas de trabajo, las dinámicas de grupo y encontrarte con gente conocida en ellas era lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, la larga espera por la llamada que confirmaría si habías sido elegido lo es.
Si antes pensaba que las entrevistas de trabajo, las dinámicas de grupo, encontrarte con gente conocida en ellas y la larga espera por la llamada que confirmaría si habías sido elegido era lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, que nunca te llamen y que por alguna tendencia masoquista sigas teniendo esperanzas pasadas varias semanas lo es
Si antes pensaba que las entrevistas de trabajo, las dinámicas de grupo, encontrarte con gente conocida en ellas, la larga espera por la llamada que te confirmaría si habías sido elegido, que nunca te llamen y que por alguna tendencia masoquista sigas teniendo esperanzas pasadas varias semanas era lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, el hecho que luego de tantas semanas recibas un mail cuyo asunto sea "RR.HH. de la compañía tal", te emociones como loco, se te cuelgue la computadora, la reinicies, abras tu mail y descubras que el dichoso es para decirte que no fuiste elegido lo es.
Si antes pensaba que las entrevistas de trabajo, las dinámicas de grupo, encontrarte con gente conocida en ellas, la larga espera por la llamada que te confirmaría si habías sido elegido, que nunca te llamen y que por alguna tendencia masoquista sigas teniendo esperanzas pasadas varias semanas y el hecho que luego de tantas semanas recibas un mail cuyo asunto sea "RR.HH. de la compañía tal", te emociones como loco, se te cuelgue la computadora, la reinicies, abras tu mail y descubras que el dichoso es para decirte que no fuiste elegido era lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, lo peor que me podía pasar hubiera sido que me llamaran, aceptara el trabajo y me rindiera a mi pesadilla inicial: los trabajos y trajes de oficina.
un empleo, anyone?