no nos llames, nosotros te llamamos

lunes, 29 de diciembre de 2008

Si antes pensaba que los trabajos y trajes de oficina eran lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, las entrevistas para postular a ellos lo son.
Sin embargo, si en algún momento pensé que las entrevistas de trabajo era lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, ir totalmente convencida de que iras a una simple entrevista y que esta resulte ser más que una entrevista face to face, una dinámica de grupo en la que tienes que no solo tragarte tu orgullo, tratar de decir algo más inteligente que los demás, no perecer muy desesperada por el puesto y, como si fuera poco, poner tu mejor cara, lo es.
Aunque pensándolo bien, sí hay algo que podría ser peor que eso. Si antes pensaba que las entrevistas de trabajo y las dinámicas de grupo era lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, encontrarte con gente conocida en ellas lo es. El tener a alguien conocido al lado hace que la competencia se haga no solo más difícil, sino mucho más incómoda, además de agregarle el hecho de que no podrás inventarte cosas para condimentar tus graciosas y virtualmente verdaderas anécdotas.
Si antes pensaba que las entrevistas de trabajo, las dinámicas de grupo y encontrarte con gente conocida en ellas era lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, la larga espera por la llamada que confirmaría si habías sido elegido lo es.
Si antes pensaba que las entrevistas de trabajo, las dinámicas de grupo, encontrarte con gente conocida en ellas y la larga espera por la llamada que confirmaría si habías sido elegido era lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, que nunca te llamen y que por alguna tendencia masoquista sigas teniendo esperanzas pasadas varias semanas lo es
Si antes pensaba que las entrevistas de trabajo, las dinámicas de grupo, encontrarte con gente conocida en ellas, la larga espera por la llamada que te confirmaría si habías sido elegido, que nunca te llamen y que por alguna tendencia masoquista sigas teniendo esperanzas pasadas varias semanas era lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, el hecho que luego de tantas semanas recibas un mail cuyo asunto sea "RR.HH. de la compañía tal", te emociones como loco, se te cuelgue la computadora, la reinicies, abras tu mail y descubras que el dichoso es para decirte que no fuiste elegido lo es.
Si antes pensaba que las entrevistas de trabajo, las dinámicas de grupo, encontrarte con gente conocida en ellas, la larga espera por la llamada que te confirmaría si habías sido elegido, que nunca te llamen y que por alguna tendencia masoquista sigas teniendo esperanzas pasadas varias semanas y el hecho que luego de tantas semanas recibas un mail cuyo asunto sea "RR.HH. de la compañía tal", te emociones como loco, se te cuelgue la computadora, la reinicies, abras tu mail y descubras que el dichoso es para decirte que no fuiste elegido era lo peor que me podía pasar, estaba equivocada: en realidad, lo peor que me podía pasar hubiera sido que me llamaran, aceptara el trabajo y me rindiera a mi pesadilla inicial: los trabajos y trajes de oficina.
un empleo, anyone?

wow

jueves, 30 de octubre de 2008

Esto va manera de confesión... acabas de elevar ego por los aires y eso es... bueno. No sé si será difícil encontrar mujeres que escriban como yo, pero como toda mujer me encanta ser halagada(puntos para ti). No sé si alguna vez volveré a escribir aquí (nunca dije que no volvería a hacerlo), pero a modo de agradecimiento tienes el permiso de pensar que si alguna vez vuelvo a hacerlo es, en parte, gracias a tu comentario. No soy de las mujeres (hasta se siente raro incluirme como "mujer") que se refiere a este gran grupo de la población como si fuera un único y enorme monstruo ("Las mujeres somos más inteligentes", "Las mujeres manejamos mejor", "Las mujeres...") ciertamente debido a que, si esas cosas son las que hacen a una mujer mujer, yo soy extraterretre; sin embargo, no puedo evitar hacer una excepción al encontrar una característica que me une al gran monstruo (lo quiera o no): ¡CÓMO NOS ENCANTA QUE NOS FLOREEN!
PD: esto comenzó como un comentario y terminó como un post. !Maldición! !Qué fácil soy!

winter break

miércoles, 30 de julio de 2008

Está bien, una anormalidad más no hará la diferencia: odio a Chespirito con todas sus CH's, nunca he tenido una relación seria, la canción Hey Jude me hace pensar en vampiros y SÍ, no me gustan las vacaciones. Bueno, normalmente las pido a gritos cuando no las tengo, pero el detestarlas se está volviendo una costumbre cada vez más frecuente. Odio las vacaciones porque me dan tiempo para pensar, porque me dan tiempo para darme cuenta de muchas cosas que no debería. Tal vez no las odie a ellas, sino a las crisis existenciales que vienen por exceso de tiempo libre, depresión por tanto weveo, como diría mi madre (bueno me he dado la licencia de traducir la intensión). Por exceso de tiempo libre conozco en que van todas las series de cable, escribo en este blog que no considero mío porque ni siquiera uso mi nombre, sé qué sucede en la vida de Britney, pasa por mi cabeza un par de veces al día dejar la universidad, invento excusas para citas indeseadas, cuestiono mi afán por morirme sola y con 100 gatos, mantengo conversaciones de una vía con mis perros, toco, o trato de tocar guitarra con el pesar de los vecinos, como en exceso, hago abdominales, como en exceso, hago abdominales, uno después de otro y en varias ocasiones los dos al mismo tiempo. Tanta libertad me hace esclava de mi misma y me obliga a someterme a la obligación de decidir qué diablos hacer durante el día cada mañana que abro los ojos, o peor aun, qué diablos hacer con mi vida. Durante el año extraño las vacaciones y durante la depresión vacional extraño ser esclava de la universidad, el trabajo o de mi perro que quiere salir a pasear a medianoche. Ser escalva de esas cosas y tener la libertad de no tener que tomar decisiones y ser libre como un vegetal y poder simplemente ser.

sra. soledad

lunes, 28 de julio de 2008

Sra. Soledad:
Solo quiero decirle que hasta hace poco pensé que era mi amiga, pero me ha decepcionado. Ahora pienso que es una perra.
Inevitablemente tuya
Nefe
PD: que alguien quite esa música por favor!

sr. apatía

Sr. Apatía:
Me dirijo a Ud. para hacerle saber que, si bien es un huésped bien recibido por mí, su estadía en esta oportunidad ha sido a little too long para el gusto de los que me rodean. Ruego pronta respuesta.
Saludos
Nefe.

sr. bloqueo

Sr. Bloqueo:
Me dirijo a Ud. para saludarlo y hacerle saber que ya me llegó al pincho.
Atentamente
Nefe

entre sus ojos

viernes, 20 de junio de 2008

Hace un par de semanas, mientras se lavaba la cara para despertarse bien, notó una línea que unía sus ojos. Sus pantalones sueltos y su larga melena con frizz delataban que de vanidosa no tenía tanto; sin embargo, nació niña así que le fue inevitable notar aquella pequeña arruga. Una aplicación de la Lancom de su mamá y unas cuantas horas después, el asunto todavía no estaba olvidado. Cual tic de toda la vida, comenzó a tocarse con la yema de los dedos la extraña marca que una noche antes era imperceptible, pero que ahora parecía poder palparse. Se preguntaba el porqué de aquella repentina notoriedad. ¿Se estaría volviendo no solo vieja sino también paranoica? ¿Terminaría obsesionada con la aparición de cualquier línea de expresión a tal punto de recurrir a tortuosos tratamientos que le quiten todo vestigio de expresión de la cara? Ya de noche estaba sentada con él en la mesa de siempre del fast food del que se puede ver el parque y el óvalo. Mientras le contaba la noticia del oso polar que llegó a la playa nosecuál flotando en un bloque de hielo y cuya bienvenida fue nada menos que 5 balazos mortales disque en defensa propia, él se quedó mirandola fijamente. Las luces de los autos de afuera destellaban en los vidrios de las ventanas e hicieron que la marca entre sus ojos se notara un poco más. ¿También la notaste? Hoy la vi... qué! ahora que tengo arrugas ya no te gusto?... le dijo un tanto en broma, un tanto en serio. Él sonrió mientras ella seguía ignorando el porqué, el porqué de la sonrisa y el porqué de la maldita arruga. Él sonrió porque secretamente sabía que era el responsable de aquella pequeña desgracia. Nunca se lo dijo, claro está. No podía arriesgarse a que no quisiera ser su víctima esa noche que estaba un poco obsesionada con el tema. Ya en el baño del departamento, él la abordó por la espalda. En el espejo la vió cerrar los ojos, fruncir el ceño y marcar la línea entre sus ojos. Por la mañana, la arruga se notaba un poco más.

me duele la nariz

domingo, 4 de mayo de 2008

Muevo la cabeza en señal de negación mientras entierro mi cara en tu pecho cuando me preguntas si quiero hablar. Lo siento, no quiero, no puedo, estoy muda; es el residuo de la soledad demasiado prolongada. No hablo, no veo, pero te huelo mientras entierro mi cara en tu pecho y arrugo tu ropa con mis dedos. Te abrazo fuerte porque te quiero y porque te estoy odiando. Siento tu aliento caliente en mi cabeza; gracias a dios eres alto, no quiero verte la cara, al menos no ahora. Solo quiero olerte, no a tu perfume, solo quiero olerte y aspirar todo lo que amo de ti para poder soltarte, dejarte ir y olvidarte. Dejarte subhumano para ignorarte cuando camines por algún parque y tenga que esquivarte para no pisarte. Ese el plan, espero que no funcione.

sopa de letras

jueves, 27 de marzo de 2008


"Mis palabras flotan en la sopa fría que ves sin mirar y que revuelves con la cuchara con apatía porque ya no quieres más." (YO, mientras duermo y sueño, no con palabras, sino en palabras)

spring roll

miércoles, 19 de marzo de 2008

La idea inicial era ayudarlo a empacar para su viaje que era a las 3 de la mañana, idea que cambió luego de media hora de discutir sobre la mejor técnica para doblar un polo. Ya en Pardo, comenzamos el ritual semanal de la caminata. Primero, a alguno se le provocaba ir al casino cuando pasamos por el mismo casino de siempre. Luego de que su propuesta se vea no muy sutilmente rechazada, pasamos por la Embajada de Brasil para, otra vez, improvisar uno que otro paso de samba mientras caminamos. Luego, imitamos a algún extranjero que camina con mirada perdida y compramos basura comestible en el kiosko antes del óvalo. El ritual se cumplía a la perfección mientras comentábamos que encontrarse a alguien conocido también debía ser uno de los pasos a cumplir ya que era inevitable que pasara. Siempre pasaba. Ya cambiando de tema y esperando que la luz verde apareciera, pasó. Reconocí esa cara y esa forma de caminar de inmediato; es difícil no hacerlo cuando se ha caminado tanto junto a alguien. Era una de esas compañeras que siempre estuvieron ahí y que nunca tomaste en cuenta hasta que cierto día te cambiaron de sitio, te sentaron a su lado y nunca más volvieron a separarse, excepto que nosotros sí lo hicimos. Era ella. Tengo que reconocer que el par de años que no le había hablado hicieron que la extrañara, pero también hicieron que el reencuentro fuera lo más torpe, forzado y frío posible, para mi sorpresa, claro. Ella no me vio y por un momento pensé hacer lo que hago siempre: dejar las cosas pasar para evitarme situaciones simplemente porque puedo. Sin embargo, decidí no hacerlo porque no era cualquier persona. Era la que alguna vez fue mi mejor amiga (la única que de verdad consideré como tal y a la que nunca llamé así; no lo necesitábamos). Claro que entre duda y duda solo pasó medio segundo, así que la llamé por su nombre. Ella volteó, se acercó, me dio un besito en el aire, me contó rápidamente que no pensaba volver a Argentina, me dijo que se iba a Chilli's y se despidió. Así que ese fue el espectacular reencuentro de dos amigas que no se veían en dos años. Por supuesto que seguimos con el ritual semanal, pero debo reconocer que la escena del ridículo besito en aire y de la conversación relleno no salió de mi mente. Seguimos con el min pau y el rollito primavera (pedirlo como un spring roll huachafamente bien pronunciado era también parte del ritual) del puestito que está en la puerta del supermercado. Hacía hambre, así que los dos soles por el par de piezas estaban bien pagados. Lo único que faltaba: el pequeño niño caramelero de cara sucia pidiéndote el único min pau que te quedaba y por el que ya estabas salivando mientras te lo llevabas a la boca. Lo peor es que uno se puede negar a darle plata a un niño, pero comida?! no hay derecho. Está bien, está bien, pero agarra el enrollado no el min p-- (De pronto, como en cámara lenta el niño impulsivamente trató de tomar la pequeña esfera blanca, y en el intento, esta se deslizó del plato de plástico, voló por los aires y aterrizó al costado de un par de Adidas manchándolas con algunas gotas de salsa de soya). TE DIJO QUE EL MIN PAU NO!, pensamos los cuatro sin necesitar decirlo. El buen e inocente niño voluntariamente tomó el bocadito chino, desapareció por un segundo y volvió diciendo que ya lo había botado a la basura. De repente volvió a mi mente la voz de mi abuela diciéndome que tenía que comer mi comida y que no la desperdiciara porque los negritos de África se mueren de hambre (nunca entendí en qué demonios les afectaba el que yo no comiera a ellos). Un aire de compasión nos inundó y le compramos otro. Medio segundo después de siquiera ofrecérselo, el niño ya nos lo había arrancado de las manos y demandaba con chocante insistencia que le pasáramos todas las salsas del mostrador. Un poco consternados, sintiéndonos casi amenazados comenzamos a pasárselas cual sirvientes sin decir una sola palabra. No fue hasta que se fuera, sin decirnos gracias claro está, que nuestra facultad para vocalizar regresó y dijimos a unisono: qué conchudo! La chica que vendía boletos de lotería que había presenciado todo el pase nos contó que siempre hacía eso. Durante algunos minutos, comentamos el hecho cual serios adultos que discuten los problemas de la sociedad y nos depedimos amablemente de la vendedora, no sin antes ponernos a pensar por qué demonios no se dignó pasarnos la voz antes. Decidimos que era suficiente por la noche y caminamos de regreso con los bolsillos vacíos, las barrigas aún más y sintiéndonos estafados (ser estafados también debería ser parte del ritual, ahora que lo recuerdo cada vez que salimos, alguna víctima de asalto nos saca 5 soles para llamar a sus familiares). Era de regresar porque definitivamente, esa noche no era la nuestra. Algún optimista propuso caminar un poco más. Lo reconsideramos un poco, debo reconocerlo, pero solo hasta que llegamos a la esquina y vimos, tirada al costado de una toma de agua, una esfera de pan blanca un tanto familiar . Está bien, es suficiente por hoy.

por todas las cosas que no

lunes, 10 de marzo de 2008

Las dos entramos al salón con la típica falsa confianza que emanan las recién graduadas de secundaria el primer día de clases. Siempre, hasta el día de hoy, más de tres años después, nos hemos jactado de ser diferentes a las demás chicas de mentes y faldas ligeras, pero hay que reconocer que los primeros días, por más seudointelectual que seas, lo único que haces es chequear a cuanto hombre se te cruce. Claro está que nunca lo reconocimos, no. Éramos demasiado maduras, a la avanzada edad de 16 años, para estar con tonterías de adolescentes; por dios! estábamos en universidad, las prioridades ya eran otras. El speech de la madurez duró masomenos los 10 primeros minutos de la primera clase hasta que nos dimos cuenta que al otro extremo del salón había un chico al que, en realidad, le crecía barba y era más alto que yo. Aclaro esto porque cuando el resto de los hombres de tu promoción pesa 50 kilos, tiene raya al costado y montan skate, la presencia de alguien al que se puede llamar hombre es importante. No hablaba mucho, no nos miraba, llegaba tarde, no se peinaba y probablemente no se bañaba todos los días y eso me encantaba. Ahora, si me preguntan cuál es el tipo de chicos que me gustan, optaría por decir que no tengo un tipo en particular, pero si tuviera que elegir, él sería mi tipo: alto, pálido, cabellos negros y desordenados, ojos oscuros, cejas pobladas, espalda ancha, cintura angosta, manos toscas, bara ligera, mirada profunda y un tanto perdida. Es verdad que en una clase se conoce un poco de todos, pero también es verdad que la memorioa filtra todo aquello que considera importante. Un par de semanas después, casi sin darnos cuenta sabíamos que había estudiado en uno de esos colegios con orientación artística, que pintaba, que era algo mayor que nosotras, que antes estudiaba arquietectura y que fumaba. Claro está que nada pasó de ser un gusto de primer ciclo. Gusto que como en broma vino y se fue si avisar. Gusto que ahora se me vino a la mente, solo como un recuerdo, cuando me di cuenta que ahora es él el que me pretende. Él el que me abraza, el que nos encuentra parecidos, el que me invita a salir, el que bromea con la boda y los hijos que vamos a tener juntos. Pretención que no le es correspondida porque ahora que es un amigo más ha perdido todo el misterio con el que, en algún momento, me obsesioné. Descubrí que me gustaba no tanto por las cosas que era, sino por todas las cosas que no. Sin embargo, ahora que el misterio ha sido develado, él se ha convertido en demasiadas cosas. Ahora es accesible. Ahora lo puedo tener. Otra vez la maldita tendencia a idealizar a cuanto me rodea. Otra vez volver a la ya aburrida rutina de inventar excusas poco creíbles para escapar de citas. Es verdad, puede que tenga un problema. Puede que sea emocianalmente inestable, con miedo al compromiso, que sufra de soledad crónica o que pida demasiado. También puede ser que él no sea nada más que un chico con mente y falda ligeras. De cualquier manera, uno más a la lista, la lista de los que puedo tener y que, por eso, no quiero.

quitter

I´m not a quitter. But,
Abandoné mi primer trabajo después de tres días.
Dejé mis clases de chino al mes.
Dejé mis clases de balet a los 8.
Insistí por una guitarra y no tomé ninguna clase.
Dejé mis clases de batería.
He dejado más de cinco chompas a medio tejer.
Nunca aprendía a tocar la flauta traversa que adorna mi habitación.
Nunca me inscribí al segundo mes de las clases de grabado.
Dejé las clases de teatro antes de empezarlas.
Dejé de ver Lost después de la primera temporada.
Dejé de leer los libros de Harry Potter cuando llegué a la mitad del último.
Nunca terminé de leer 1984 aunque moría de curiosidad.
Descozo ropa que quiero modificar, pero nunca vuelven a tener forma.
No he comenzado este nuevo trabajo y ya estoy pensando en dejarlo.
No he terminado esta lista y ya la abandoné .
I'm not a quitter,
i just get bored easily .

dichosos los que comen sin haber visto

martes, 4 de marzo de 2008

Un insistente jalador nos convenció a sentarnos en su parte de la playa (si es que eso existe) y, luego de presentarse como "Mario", nombre que luego fue mutando a Marco, Mauro y cualquier otro que sonara parecido, ya nos estaba tomando la orden. Lo único que deseaba era una raspadilla. Hace mucho que no iba a la playa y me había propuesto a cumplir con todo el ritual que implica este tipo de paseos; sin embargo, mi antojo se esfumó cuando recordé cierto reportaje que vi en televisión sobre las raspadillas de hielo industrial. Es gracioso que 15 minutos de un programa de televisión con credibilidad no comprobada me derrumbara 20 años de tradición vereniega. Después de todo, si todos estos años estuve comiendo la popular raspadilla asesina y nunca me hizo nada, por qué debería dejarla ahora. El pensamiento de que el periodismo está sobrevalorado vino y se fue. He aquí otro excelente ejemplo de una situación a la que se puede aplicar mi improvisada pero elogiada frase: "Prefiero la ignorancia a la impotencia". La razón pudo más: hasta nunca raspadilla, te recordaré. Marco seguía esperando nuestro pedido, un poco impaciente ya. Era comprensible: no conocía al monstruo de cuatro cabezas que significabamos para los vendedores estando juntos. Un racionalizador, un indeciso, un indiferente y un snob compartiendo pedidos no es precisamente la mejor combinación. Primer pedido: una cerveza, rara elección para un grupo que se jacta de ser inmune a todo tipo de moda y clichés, incluídos los de verano. Demonios, a quién le importa, chela it is. Diez minutos después estábamos, chela en mano, luciendo nuestros no muy atractivos bronceados de primavera (entiéndase por esto a los populares brazos y piernas bicolor). A nadie parecía importarle. Ya había olvidado esa sensación de libertad que te da la playa: no importa cuán mal estés, nunca serás el peor de la playa (Dos viejos en tanga cruzan en segundo plano mientras yo, desenfocada, sigo hablando a la cámara). Hora de meterse al agua. Ninguno trajo sus tablas. según ellos por olvido, pero en el fondo era por una antigua joda, algo sobre el bodyboard, las niñas y los maricones que no recuerdo muy bien. Estuvimos casi media hora, hasta que nos dimos cuenta de lo ridiculos que lucíamos dando saltitos y escupiendo agua salada. Hacer el ridículo dió hambre (posible respuesta a la incognita del porqué algunos pólíticos son gordos). Mauro vino otra vez y, con la misma insistencia del principio, nos obligó a ordenar. Otra vez el racionalizador, el indeciso, el indiferente y el snob revisaron la carta y los ingredientes de cada plato por demasiado tiempo, demasiado para pedir ceviche y jalea con el sobreprecio característico de las playas que, hay que reconocerlo, hace que todo sepa mejor. Otro pensamiento: si el pescado viene del mar, no debiería ser más barato en la playa por no tener costo de transporte? No encontré respuesta; lo que sí encontré fue un pelo en el ceviche. Pensamiento: este es el castigo del dios de los maestros cevicheros por cuestionar mi fe, dichosos los que comen sin haber visto. Dispuestos a secarnos al sol cual perros mojados y llenos de arena nos echamos en las camas provistas por Marce. Escuchamos a lo lejos una guitarra y un cajón, sonido que fue acercándose y se detuvo cuando dos siluetas nos bloquearon el sol. Eran dos personajes de esos que solo encuentras en Lima, demasiado parecidos a esos dos seniles de Bob Esponja que solían ser héroes de televisión (ahora conciente de la naturaleza de mi referencia, lo siento). Luego de ignorarnos por completo cuando les dijimos que no fríamente, comenzaron con el repertorio. Nuestras miradas no se preocuparon en ocultar la incomodidad del momento y a la cuarta canción corrimos por las billeteras para soltarles algunas monedas para que nos dejaran en paz. Un gringo con insolación al que todos le habían logrado vender algo al doble del precio volteó hacia nosotros y se burló, señal que nos indicó que había sido suficiente playa por el día. Con los bolsillos llenos, pero de arena y nuestras cabezas llenas de pensamientos estúpidos y también de arena nos fuimos como vinimos. Propusieron repetirlo el viernes y no me opuse a pesar de extrañar el invierno, las clases, dormir abrigada, la playa nublada y los brazos bicolor.

albóndigas

miércoles, 20 de febrero de 2008

Las albóndigas de la cena, los gases que nos causaron y los baños compartidos no fue la mejor combinacion esa primera noche. Las cosas no mejoraron cuando nos quitaron todos los dulces que habíamos llevado y cuando descubrieron que habíamos manipulado la lista de habitaciones para dormir las 4 en el mismo cuarto y poner a las que no soportábamos en el pabellón donde también dormían las monjas a cargo. Tengo que reconocer que la mañana mejoró un poco cuando un temblor sacó de las camas a gato y ratón y nos dio motivo de burla al ver los peinados con que nos depertamos. La mañana transcurrió aburrida, pero eso era de esperarse. Lo que no era de esperarse, y que no exactamente me alegró el día, fue el tour que nos dieron. Sor Maritza con un gran sombrero de copa sobre la cofia cual maestro de ceremonias de circo de fenómenos nos presentaba con aterrorizante ánimo uno a uno a los niños que se alojaban en la casa. "Y aquí teneeemos a Dieguiiito. Dieguito sufre de polio y fue abandonado por sus padres al naceeeer. Aplausos para Dieguitoooo". Así, uno a uno, nos habló de ellos como si no pudieran escuchar y ellos se comportaron como si no pudieran oir, como si no quisieran hacerlo. En realidad, exagero. Las cosas no fueron exactamente así: Sor Maritza no tenía sombrero de copa. De cualquier manera, la tarde transcurrió lentamente mientras trataba de sacarme la imágen de la monja con sombrero de mi cabeza. Las seis. Ya estaba oscureciendo y nos guiaron a la puerta. Busqué con la mirada algún bus, pero no había. Caminaríamos. Se escucharon varias aluciones al abuso que hacernos caminar constituía tomando en cuenta lo que habíamos pagado, quejas que ya son una costumbre si de niñas bien de colegio de monjas se trata. Les seguí la corriente con cara de indignación; secretamente, celebré la caminata. Mientras algunas conversaban sobre lo conmovedor que había sido el tour (literalemente, un "turn point" en sus vidas) y yo pensaba que prefería la ignorancia a la impotencia, ya habíamos llegado. Era una capilla antigua sin ningún atractivo especial. Al menos eso pensamos hasta que comenzó la misa, porque cuando el padre salió todas prestamos repentina atención. Pensé que eso sólo pasaba en las novelas, pero creo que en la vida real también hay padres con los que te gustaría pecar. Al finalizar, 20 chicas hacían cola para confesarse con él. En el aire se respiraba algo que, definitivamente, no era arrepentimiento y las cuatro esperamos sentadas en la vereda de afuera a que terminaran con la farsa a la que no nos unimos no por falta de ganas, sino por cuidar nuestras reputaciones. A las diez nos mandaron a los dormitorios y como habíamos planeado, esperamos hasta las 12. El punto de encuentro era el cuarto de Alicia. La idea era simple: nos embutiríamos los dulces que habíamos recuperado. Sin embargo, el plan se vió ligeramente modificado al descubrir esa cajetilla dentro del sobre que cierto amigo considerado me había mandado. Fue así que nos fumamos la noche intercambiando experiencias amorosas y ahogando risas demasiado seguido. La mañana siguiente era la última y para mejorar nuestra condición de sombis empezamos con una misa a la que llegamos tarde por lo que nos obligaron a sentar adelante. Con este padre ni se nos hubiera ocurrido pecar y eso hizo que todo el proceso fuera aun más tedioso. Dos horas después, habíamos regresado al colegio con la barriga vacía por habernos saltado el almuerzo para tomar una siesta y yo, con dolor de cabeza por el golpe que me di con el mueble de madera donde uno se apoya para rezar mientras dormitaba. El auto me esperaba afuera para, por fin, ir a casa y dormir en una cama decente y comer comida decente. Mi cosas estaban en la maletera cuando me di cuenta que nadie había venido por Diana. Mis cosas, en la maletera y ella, sentada en la puerta con sus cosas, evitando las miradas de los otros padres de familia que debían estar pensando barbaridades de los suyos. Yo sabía que esas barbaridades eran reales, por lo que la llevamos a su casa. Ese fue uno de los viajes en auto más incómodos que he tenido; imagino que para ella lo fue más. Al llegar a la cuadra de la cual su casa abarcaba más de la mitad, se despidió con una sonrisa y dijo "seguro mis viejos están llegando recién al colegio". Recordé la carta del amigo que me había enviado los cigarros. Lo dudo, pensé.

"34b", "32c", "36b"

jueves, 14 de febrero de 2008

Apoyados en las barandas rojas, esperábamos que la pirateada de libros esté lista. El calor nos obligaba a ocupar nuestras mentes en otras cosas, por lo que optamos por el ya quemado, pero siempre disponible juego del sostén. Una par de semanas antes le enseñé los criterios para determinar la talla de sostén o brasier de las chicas sin saber que dicho tema le fascinaría tanto. De repente, cada vez que nos aburríamos de mirar el cielo y comer yogurt griego optábamos por poner en práctica los conocimientos adquiridos y afinar la vista. Siempre me resultó divertido porque, al menos yo, me sentía una jueza sentada en un estrado por sobre todas dictando sus sentencias: "34b", "32c", "36b". Por su lado, me imagino que el gusto radicaba en el simple mirar. Luego de darnos cuenta que estábamos hablando muy alto y que un par de cachimbos de arquitectura se acercaron demasiado como queriendo unirse al juego, recogimos las copias y bajamos las escaleras. Debíamos ser cuidadosos, no muchos verían con agrado que una chica le esté mirando las chicas a otras chicas. No muchos entenderían sus funciones lúdicas y no sexuales. Fuimos a la cafetería pequeña, esa que de verdad parece cafetería y no comedor de cárcel y nos sentamos en las mesitas altas con esas bancas incomodísimas a las que no podíamos dejar de volver todos los días. Saqué un cigarro y ya que no había con quién seguir jugando nos pusimos a hablar. Me gustaba estar con él, pero odiaba esas conversaciones. Odiaba que dejaran la ligereza de constumbre con sus tetas, rajes, burlas y chistes sexistas y se tornaran conversaciones reales. Odiaba que hablaramos de amor sin aluciones personales. Odiaba las abstracciones sin sentido. Odiaba que me hicieran recordar cosas que no deseaba recordar y que él se pusiera todo vulnerable frente a mí. Odiaba que destruyera la imagen que le había construído. Odiaba que yo fumara y él no lo hiciera. Odiaba que me mirara como si fuera la única que lo entendía, porque no era verdad; ni yo lo hacía. Odiaba que no fuera la persona simple que necesitaba para mí. Odiaba que me tomara en serio, que me pusiera en un pedestal y que no se atreviera a jugar conmigo. Odiaba tener tanto poder sobre él. Odiaba que comenzara a vestirse como me gusta que los chicos se vistan. Odiaba que me cuidara cuando caminábamos por la calle. Odiaba que me abrazara en frente de los demás. Odiaba que fuéramos tan parecidos, pero más odiaba que antes no lo fuéramos. Odiaba pensar en la posibilidad que fui yo la que lo cambió, o que él lo hizo por mí. Odiaba haber complicado su vida con dilemas sin sentido. Odiaba que ya no jugáramos al juego del sostén. Lo odiaba.

la palabra que nunca encontró

lunes, 11 de febrero de 2008

Felipe llamó. No tenías muchas ganas de hablar por teléfono con él y con nadie. No tengo ganas de hacerlo, pero tengo qué. Reconocí en seguida su dejo español. Después de tantos años viviendo allá, es bastante comprensible. Un par de holas y las preguntas de rigor para comenzar la conversación. Esperaba que no durara tanto, que se quedara en la parte del como estás. Sin embargo, comenzó a preguntarme de la universidad: tema incómodo. Muy bien, perfecto, le dije y no mentía, si las notas son el criterio, claro. Quería contarle que me sentía perdida, que sentía que había tomado el camino seguro y que odiaba eso, que estaba rodeada de gente que no comprendía, que no tenía pasión. No lo dije, solo reí cordialmente. Me preguntó qué hacíamos nosotros los que estudiábamos eso. No supe responderle. Hasta ahora, según lo que veo sólo nos vestimos bonito, formalito o bohemito, pero siempre bonito, sonreímos mucho, hacemos contactos y conseguimos trabajos en la agencia del amigo de papá. Yo, por mi lado, no me visto bonito, no sonrío mucho, no hago contactos y no tengo trabajo, por eso opté por la respuesta más diplomática y menos real, la que te hacen memorizar el primer día de clases. No dijo nada; sabía que ni yo creía lo que salía de mi boca. Luego discutimos un poco sobre la ética en los medios. Me inventé una historia sobre un curso muy interesante del ciclo pasado en el que debatíamos sobre eso. Todos era verdad, menos lo de interesante. Yo tenía esas cosas bastante claras, por lo que esos temas nunca despertaron mi interés. Creo que el profe lo sabía porque nunca me decía nada cuando dormía en su cara. Escuchar a gente simple con preguntas simples para tratar de esclarecer sus dilemas simples nunca ha sido mi pasatiempo. Por lo que hablábamos en el break, creo que el del profe tampoco, solo que él no podía darse el lujo de dormir. No, ahora que lo recuerdo sí lo hacía. De cualquier manera, al preguntarme por qué demonios le interesaba ese tema a Felipe recordé de su juventud activista en la facultad de arte. Tal vez necesitaba alguien con quién recordar esas épocas. Lo imaginaba solo en su casa en Barcelona. Pintando mucho y no pudiendo vivir del arte. Me preguntó si sabía dibujar. Le respondí con las palabras más obscenas que salieron de mi boca en toda mi vida: "Es que el perfil del profesional de mi universidad es más gerencial", eufemismo para ocultar el hecho de que sé un poco de todo y mucho de nada, para ocultar que soy una buena para nada y que me estoy convirtiendo en una más. Pensé que el taller de grabado que llevé el año pasado y los dibujos que hago en mis cuadernos cuando me siento atrás y cuando me siento mal no serían suficientemente buenos para él, ni para nadie. Luego me dijo que quería que fuera a Barcelona. Pensé que sería perfecto, salvo por mi familia, mis perros, por los dos años que me faltan y por el hecho de que no estaba segura si esa sería la solución. Barcelona es la cuidad perfecta para mí, pensé, antes de darme cuenta de que en realidad tiene la misma falsedad de todas las grandes ciudades oculta en un manto artístico, que si acá soy una buena para nada, allá sería la nada misma. Me di cuenta que ni alejándome del lugar en donde estoy me encontraría en un lugar diferente. Sin embargo, tal vez ser la nada misma sería lo mejor. Viviría el momento y no dejaría que la vida me viva, como dice un proverbio peruano. Luego me di cuenta de que tal vez esa fue simplemente una invitación por cortesía y que todos los pensamientos atormentadores fueron en vano. Seguí caminado con el teléfono en la oreja y con una sonrisa tonta en mi rostro deseando que la conversación terminara pronto. Me paré frente a una mesa donde acumulo libros que ojeo de vez en cuando. Vi cinco libros de tapa gruesa que decían algo como Dibujo y anatomía o Ilustración artística y recordé que él me los había regalado hace muchos años. Llegó el momento en que los silencios incómodos delataban el acercamiento del final de la conversación. Nos despedimos y luego de otro silencio más me dijo que se me escuchaba... (Cómo, pensé). Que se me escuchaba, que tenía la voz... (Qué, pensé). Nada, no encontró la palabra, me dijo. "No encuentro la palabra, pero es algo bueno". Nunca supe a lo que se refirió y la verdad no estoy segura si era algo bueno, pero viniendo de la única persona que conozco que ha hecho con su vida lo que en verdad quiso, así se sintió.

eso no lo aprendí de ti

sábado, 9 de febrero de 2008

Le dijo que tenía un retraso y sus rasgados ojos se abrieron por la sorpresa. Con 20 y 22 años y tres años de relación, el camino era solo uno. Ambas familias eran muy diferentes: una muy conservadora y religiosa, la otra igual de religiosa y conservadora. Ninguna estuvo muy de acuerdo, y qué. Las fotos la muestran vestida de negro y con un vientre de 30 semanas caminando sonriente, pero sin ningún tipo de pretensión y solemnidad junto con el amor de su vida para firmar los libros que sellarían el compromiso, al menos legalmente. Soñaban todo el tiempo y lo hacían juntos. El dinero nunca fue una prioridad, más la felicidad siempre lo fue. Hacer planes era su pasatiempo favorito. Lo hacían los domingos mientras comían alguna comida que él había preparado. Bebían una cerveza helada y veían una película. Se quedaban dormidos por el calor y seguían soñando. Cuando él viajaba, se escribían cartas todos los días y no temían decirlo todo; cartas que aun conservan en una caja que he visto un par de veces, pero que nunca me atreví a ver con detenimiento. Cartas que muestran que, después de 26 años, tres hijos, una nieta y miles de sueños cumplidos y por cumplir, las letras no cambian y sus espíritus tampoco. Frecuentemente salimos a comer y recuerdan que alguna vez siendo enamorados fueron a ese mismo lugar. "Cuando éramos novios, nos encantaba el chifa". "Mamá, ¿el chifa o el chife?" Nos reímos. No te preocupues mamá, esas vulgaridades no las aprendí de ti.

esquina baja

jueves, 7 de febrero de 2008

Por esa época en la que andaba sola en el instituto, uno de esos de idiomas que hace muchos años estaban de moda, yo tenía unos 14. Estar ahí, fue uno de mis primeros pasos a la independencia. No conocía a nadie, regresaba sola a casa por las noches y me divertía haciéndolo. No habían uniformes ni movilidades conducidas por la señora Carlota. Me gustaba el hecho de que nadie supiera nada de mí, podía comenzar desde cero y hacer lo que quisiera. A diferencia del colegio, en el que había estado toda mi vida y dónde todos la conocían, este lugar era nuevo para mí; yo, nueva para él. La campana. Caminaba un par de cuadras para alejarme del tumulto y esperar más tranquila en esa esquina que nadie apreciaba. Todos los días sola a las 7:30 en esa esquina. De vez en cuando había uno o dos visitantes, pero era mi esquina. Cierto día, hubieron dos visitantes, dos chicos a los cuales ignoré. Paré el bus y subí. Pasé el camino mirando por la ventana sin prestar atención a nada, pensando en nada. Me paré, tambaleé por un segundo y usé el lenguaje simplificado de los micros "esquina baja". Bajé y me sentí rara, observada, eran los dos de la esquina, estaban en el bus, me miraban.
Día, tarde, noche, campana, camimar dos cuadras, esquina, esperar sola. Esperar sola? Dos sombras paradas en mi esquina arruinaban mi segura rutina. Eran sombras familiares, eran los dos. Sentía sus miradas en la nuca. Los ignoré, no quise comenzar a fantasear. Por qué dos chicos, mayores que yo, considerablemente apuestos se fijarían en mí, EN Mí! Decidí distraer mi mente pensando en chanchos que vuelan o en los que no, qué más da, de cualquier forma, hacerlo fue difícil durante la siguientes semanas. La escena con los dos extraños se repitió cada día sin excepción. El primer día de la última semana del ciclo, día, tarde, noche, campana, caminar dos cuadras, esquina, un sólo extraño, uno de ellos, el que llamó mi atención desde el principio. El silencio incómodo golpeaba mis frente. Asumo que le sucedía lo mismo. (Que me hable, que me hable). Hola. Hola, respondí. Tú siempre esperas acá no? Sí, tú también? (porque no me había dado cuenta ¬¬'). Un par de días después, ya no era una extraño más. Sabía que estaba en la universidad, que tenía una banda, que tocaba guitarra, que estaba sólo, que le gustaba Nirvana, que me gustaba y que le gustaba (eso no me lo dijo).
Aun tenia el uniforme puesto cuando el teléfono sonó. Antes de contestar ya sabía que era él. Llamaba todos los días a esa hora.
"Tengo que decirte algo, te lo diría frente a frente, pero nunca te dejan salir..."
Hice un silencio profundo demasiado largo, involuntariamente largo. Ambos supimos las respuesta, pero ninguno la comprendió.

raphaella

miércoles, 6 de febrero de 2008

Levantarme a las 5 de la mañana nunca fue la mejor forma de comenzar un día. Mas, hoy no tuve opción. Estaba soñando con qué sabe dios (dios no sabrá, pero yo sí) cuando en sueños escuché la voz de mi hermana llamándome: la fuente estaba rota. Habiéndome imaginado que aquel momento sería como me lo habían vendido las películas (mi hermana gritando por las contracciones y todos caminando en cámara rápida), el espectáculo me resultó un poco decepcionante. Resulta que ni siquiera pude usarlo como pretexto para no ir a esa entrevista de trabajo a la que no quería ir, tan solo tuve la opción de tener una excusa para ir en jeans, sandalias playeras y un polo ("sí, no sabes, disculpa las fachas, es que me vengo de la clínica, mi hermana está dando a luz"). Creo que me fue bien, pero siempre me va bien el problema es que "no tengo experiencia". Cómo demonios se supone que la tenga si... bueno, tal vez es solo una forma educada de decir: " no nos gusta cómo te vistes". Cuatro horas de labor y una cesárea después (sí, las cuatro horas fueron por puro deporte), todo había terminado. Sus encías desnudas, mis manos, mis labios y mi nariz replicados en ella formaron un precedente: levantarse a las 5 de la mañana puede ser una buena forma de comenzar el día.

mamá, me voy a ensayar

martes, 5 de febrero de 2008

Una de las mentiras que recuerdo con más cariño la dije hace unos 5 años. En tercero, el llevar un curso "obligatorio" electivo no era más obligatorio, por lo que dejé la banda. Claro está que mi mamá nunca se enteró de eso y tenía todos los sábados hasta la tarde para salir de mi casa sin permisos y hacer lo que de se me diera en gana. Ahora que lo recuerdo fue entonces que nació mi gusto por caminar. Caminar sin rumbo. Arrastré a Claudia a la misma farsa y al mismo gusto que duró todo un año sin ser descubiertas en lo absoluto. A las 10 nos reuníamos en el parque que quedaba justo en el camino entre su casa y la mía y decidíamos, no a dónde iríamos, sino simplemente la dirección que tomaríamos. Una veces era al norte, otras al sur, otras al oeste, otras al este y otras simplemente dábamos vueltas y comprábamos basura comestible. Los pies dolían, pero los ojos veían, las orejas escuchaban, y las bocas hablaban. Fue así, que al terminar el año conocíamos cada una de las historias amorosas de los vecinos, sus nombres, trabajos, casas, número de miembros de sus familias, potenciales amores, el nombre de la mascota y el de la abuela senil. Concíamos todo, desde dónde vendían las mejores cremoladas (base de nuestra dieta sabatina), hasta dónde vendían cigarros a menores (lo cuál no importaba mucho porque parecíamos un poco mayores y no fumábamos). Sabíamos quiénes se habían cambiado de colegio y a qué colegio lo hacían. Desarrollamos una habilidad impresionante para conectar personas y sus historias. Siempre alguien era amigo del amigo de un amigo y siempre lo descubríamos, incluso infidelidades de o hacia personas que conocíamos por otros lares. Todo esto caminando y mirando un poco. En verdad se caminaba mucho y se miraba bastante. Sabíamos de todo y todos sin que ellos siquiera lo imaginaran. Aprendimos a ver más allá de lo evidente, a usar la lógica, a completar vacíos, a analogar situaciones y a ser invisibles.

respuestas a dudas en cuanto al manual

domingo, 3 de febrero de 2008

1. Pido información precisa sobre lo que debo entender como la historia de Platón sobre el origen del amor
Platón tiene una teoría interesante sobre el origen del amor. Este se encuentra en su texto “el Banquete”. Tengo que reconocer que la lectura de dicho sería una iniciativa grandiosa, mas poco probable (o quién sabe, podría sorprenderme), por ello, cuando quiero ilustrar sobre el tema recurro a una canción de un grupo llamado “Hedwig and the Angry Inch” que es el primer video de la barra de video del presente blog. Se recomienda la lectura del post “Hablando de Platón, el origen del amor” en este mismo blog.
2. El corazón es de fabricación reciente? ¿dónde fue fabricado?
El corazón es una pieza original del Contenedor. Ambos tienen 19 años de antigüedad y fueron fabricados en las entrañas de mi madre. Existen marcas de nacimiento que lo garantizan.
3. ¿Las partes vienen de múltiples lugares? ¿fueron ensambladas en un solo lugar?
El origen de las diferentes partes es un secreto de fábrica, más las entrañas competidoras sospechan que tiene partes japonesas, peruanas y españolas.
4. ¿Donante es igual a contenedor?
Donante NO, repito, No es igual a Contenedor. El Contenedor es simplemente la parte física del cuerpo humano que contiene al corazón. El Donante es el ente en conjunto (cuerpo, alma, mente, y todo lo que se crea hay en una persona). Si bien es cierto que se piensa que Corazón + Contenedor = Donante, también lo es que un elemento es mucho más que la suma de sus partes. Por otro lado, la palabra Donante solo se aplica en el caso de darse una donación, de lo contrario esta sería reemplazada por la palabra “paciente” (haciendo referencia a la espera que este individuo hace para convertirse en donante).
5. ¿qué es un momento difícil?
La definición de momento difícil depende de la capacidad del Donante para afrontar situaciones duras. Hay Donantes más fuertes y otros más débiles que se quiebran fácilmente.
6. ¿qué es un momento feliz?
Un momento feliz es cada uno de los elementos que, en conjunto, forman la felicidad plena. De ahí el dicho “la felicidad está hecha de momentos”. De mismo modo la definición de felicidad dependerá de cada uno de los Donante.
7. ¿El amor al que se refiere el hecho de pensar todo el día, equivale al amor platónico?
Sí, se refiere al amor platónico, mas es importante resaltar que todo amor verdadero tiene algo de platónico, por lo que también puede interpretarse como amor en general.
8. ¿qué tipo de dolor? ¿Dónde ha de doler?
El dolor mencionado puede manifestarse de maneras distintas. Es probable la sensación de punzadas en el mismo órgano, pero es muy común que se vea extendido en forma de quemazón hacia la boca del estómago (tome como referencia el dolor que causa la gastritis, si alguna vez la padeció, claro. No es recomendable inducir dicha enfermedad como preparación al sufrimiento mencionado).
9. ¿Adquirir otro corazón u otro donante u otro contenedor?
Es posible adquirir solo un corazón sin brindar el suyo a cambio, pero esto implicaría la incapacidad de amar del donante de pecho vacío (o Contenedor Vacío). En el mejor de los casos, sufriría de una muerte lenta. En el caso de adquirir solo un Contenedor Vacío, Ud tendría una relación meramente carnal sin implicar amor ni conexión espiritual. Existe la opción de llevarse el paquete completo Corazón + Contenedor sin dar su corazón a cambio. Esto garantizaría una pareja totalmente entregada sin que Ud. pueda decir lo mismo. Esta opción no es muy recomendable ya que eventualmente Ud. necesitará reemplazar lo adquirido. Por último, se encuentra el paquete TRULOVE. Este consite en Corazón + Contenedor siempre y cuando Ud. esté dispuesto a entregar lo mismo al Donante que elija.
10. ¿Por qué la replica idealizada a escala de donante está en los ventrículos?
La réplica a escala se encuentra en los ventrículos solo por un tema de practicidad en las gráficas. Estas se deben tomar solo como referencia. La réplica tiene la posibilidad de desplazarse a cada uno de los rincones del órgano, mas es posible que dependiendo de los casos, unas sean más activas y otras más ermitañas.
11. ¿Por qué la replica de donante está dentro y no fuera del corazón?
La réplica se encuentra dentro del corazón por un tema de comodidad. De encontrarse afuera, las paredes exteriores del órgano, por ser resbaladizas, causarían que su permanencia sea difícil. Se hicieron experimentos probando esta opción, pero la réplica terminó resbalándose al estómago y muriendo a causa de los ácidos estomacales.

*Dudas adicionales a este mismo medio

vendo corazón sin usar (manual)

viernes, 1 de febrero de 2008


Manual del corazón en venta en el post http://libatoennefes.blogspot.com/2008/01/vendo-corazn-sin-usar.html. Escrito y traducido por moi.



niños bien que juegan mal

Mi hermano y mi mamá estaban emocionados por ser el primer partido de fútbol en un campeonato de verdad del gordo. A pesar de sentirnos como pollos a la brasa en el taxi afuera había sol y una brisa que aliviaba, buen presagio para comenzar el día. Yo, por mi lado, pensaba que un partido a las 9 de la mañana era un abuso contra las 3 horas de sueño que me faltaban. Entramos al club y nos encontramos con un par de compañeros peloteros del gordo junto con sus mamás. Por sus caras podías decir que estaban perdidos. Solíamos ser socios de ese lugar hasta que mi hermana dejó de jugar por entrar a la u y mi viejo también por sufrir los achaques de sus casi 50. Por mi lado, nunca fui muy sociable y sólo iba al club cuando me obligaban, y el único deporte que practico es Extreme sleeping así que ya no valía la pena seguir pagando por cosas que nadie disfrutaba. Llegamos y la gente de su cole estaba reunida y al lado las mamás sobreprotectoras. Unas cuentas con las cámaras digitales que se habían comprado en su último viaje a las tierras del tío Sam y otras persiguiendo a sus hijos con polos secos y bebidas hidratantes. Un señor gordo vestido en su mejor outfit deportivo era escuchado cuidadosamente por los mocosos de tercer grado entre los que estaba mi hermano. No era Spartacus, era el entrenador/ profesor de educación física. El partido era contra el Cristal. Piece of cake, pensé. Yo y el séquito de madres preocupadas / nanas aburridas nos sentamos en las tribunas para hacer barra, especilemente yo. Se hizo un silencio, las cabezas voltearon y en cámara lenta entraron. En uniformes celestes, pequeñas personas con miradas desafiantes que delataban que tenían mucha más calle de que yo voy a tener en mi vida ingresaron al campo. Casi podías imaginar que guardaban pequeños cuchillos a escala de sus poco dearrolladas manitos en las canilleras. Debo reconocer que tuve un poco de miedo por el gordo y por mí. Abrieron la boca y todo estuvo mas claro. Yo digo muchas lisuras, pero sorprende un poco que puedan salir tantas de alguien tan pequeño cual sombrero de mago, y vaya conejitos que salían. Óbservé a la tribuna de los competidores y completé el perfil: niños de barrio independiente cuya vida se desarrolla práticamente en la calle y cuya ilusión es sacar a su madre de la pobreza convirtiéndose en un gran futbolista. Miré al otro lado y vi a nuestro equipo. Tenían la mirada un poco perdida buscando a mamá en la tribuna y estaban cubiertos en bloqueador. Completé el perfil: niño de mamá, sobreprotegido cuya aspiración es tener entre sus manos un PS3 y eventualmente seguir con el negocio del papá. 10 goles y una hora después estaba todo el equipo del gordo en el KFC celebrando los 10 tiros que su arquero no había tapado y haciendo sonar los llaveros con la foto del equipo que habían comprado a un sobreprecio ridículo. Todo se confirmó.

Fuga

miércoles, 30 de enero de 2008

Ayer haciendo zappin me encuentro con una película latina. Siempre me detengo con ellas porque nunca cuentan con presupuestos para distractores como efectos especiales, grandes escenografías y actores quemados y eso les da cierto aliento clandestino que jala. Fuga era esa película. Aunque no recuerdo el final porque luego de 24 horas sin dormir mi mente comienza a mezclar lo que veo con lo que sueño, debo decir que supo bien. Es interesante ver que el protagonista, más que Eliseo Montalbán, fue la gran pieza que compuso. Esta fue usada muy inteligentemente como el huevo que liga el pasado con el presente y los hace ver contemporáneos sin arruinar la historia. Me gusta que el juego de tiempos no haya sido tan forzado como el ya muy usado recurso de mantener la conexión en secreto hasta el final que se utiliza en las películas de terror de Hollywood. Uso la película como pretexto para mencionar la actuación del chileno Benjamín Vicuña. A pesar de algunos mínimos defectos que le atribuyo a la dirección más que a él (me refiero a la escena de los electroshocks en los que los temblores del actor no coincide del todo con el contacto de las paletas en su frente), su presencia me amarra. Ya sea dando una entrevista en un programa de televisión o en el cine, Vicuña tiene un algo que te hace seguir cada uno de sus gestos y palabras. Tal vez es esa la razón por la que producción en la que está, es producción que tiene éxito. La primera vez que vi su trabajo fue en una película juvenil chilena de corte comercial llamada "Promedio Rojo" (algo así como Mañana te Cuento en Perú) donde interpretaba al bully del cole. Esto me demostró que no tiene miedo de hacer papeles más ligeros y frívolos sin que estos afecte su capacidad para interpretar personajes más sensibles, extremos, límites y oscuros. Alfredo Castro (el compañero del psiquiátrico) tiene críticas mixtas. Algunos dicen que su actuación es espectacular, otros dicen que está muy sobreactuada. Personalmente, al principio pensé que era muy sobreactuada, pero pensándolo bien interpreta a un desequilibrado muy particular. Quién sabe cómo se comporta en verdad un intelectual desquiciado y homosexual enjaulado cual bestia en un psiquiátrico. Las actuaciones extremas son bienvenidas. Lo que sí me gustó mucho fue el texto que se le dio a este personaje. Muy profundo, demasiado?, no lo sé, pero igual es importante criticar la dirección de las actuaciones. Muy buen guión, pero las actuaciones de los demás personajes pudieron haber sido mejores. Esas no me las terminé de creer.

nunca he visto El Chavo

martes, 29 de enero de 2008

Llegué a la universidad pensando que era una cachimba más dentro de los miles que ingresan cada ciclo. A pesar de que tenía (tengo) un sentimiento de superioridad oculto me consideraba alguien bastante normal. Tres años después me doy cuenta de que tal vez la gente no me veía así.
Nunca he visto el Chavo (por más de 5 minutos. Nunca me cuadró una serie antigua con ancianos vestidos de niños)
Nunca tuve "amigos" de barrio (ni conocidos)
No conozco el nombre de otra calle que no sea la de la puerta de mi casa.
Nunca he ido a una pijamada.
Nunca saludo a nadie por compromiso.
Nunca he tenido resaca.
Nunca he ido a acampar.
Nunca he comido sushi.
Nunca he viajado con mi familia.
Nunca he comido puré de manzana o camote en Navidad.
Nunca me he disfrazado en Halloween (mucho menos he celebrado la canción criolla).
Nunca he hecho el recorrido de las 7 iglesias en Semana Santa (7, 9 que sé yo)
Nunca he viajado en bicicleta más allá del parque.
Nunca me he enamorado.
Nunca le he dicho a alguien "te amo".
La lista continúa y no es ningún secreto para los que me conocen de verdad. Lo que me encanta es que luego de saber todo esto de mí lo único que dicen es: "Nunca has visto el Chavo?"

nada mermelada

sábado, 26 de enero de 2008







vao a polvos

martes, 22 de enero de 2008

Gracias al blog de una amigo que estudia cine en Argentina me doy cuenta de cuánto me pierdo acá sentada en esta ciudad. Para empeorar las cosas el Festival de Sundance está allá (es gracioso que todos le llamamemos allá, como si fueran dos mundos: los lugares aburridos y USA). Una pela que nó estará en los cines, pero que sí vamos a ver y sin tener que ir a polvos:
"Four Eyed Monsters (Monstruos de cuatro ojos) es una tierna autobiografía que cuenta la peculiar relación que tuvo esta joven pareja donde para mantenerla emocionante decidieron nunca hablarse, solo comunicándose por medios alternativos (cartas,videos,mensajes de texto, sexo). Incluso, ellos (Susan y Arin) protagonizan la película interpretándose a si mismos, además de hacerlas de guionistas, directores, editores, productores, etc. El género podría catalogarse como un experimental/drama/romance/comedia. ¿Por qué exprimental? Por un lado, intercalan animaciones propias de un videoarte y utilizan tomas con cámara rápida (time lapse). Por otro lado, la ya mencionada historia en la que triunfan borrando la línea entre la realidad y la ficción (si alguna vez existió). Esto se debe, en gran parte, a que mientras vivían la historia empezaron a filmar la película, cosa que perjudicó gravemente a su relación."


Que no!, no tenemos que ir a Polvos: La pela está en la web y no, no es gracias a algún chibolo nerd que la pirateó y la colgó. La gracia de la pela es que es la primera cuya difusión ha sido a través de youtube (por eso es tan popular).

Nota: para los que se preguntaron qué canción es esa, no fueron los primeros en hacerlo. Se llama Oh mandy de the Spinto band. Está en El sountrack de mi vida en este blog (al costadito) y en Ares, así que a robar se ha dicho.

http://www.youtube.com/user/foureyedmonsters

La vi y me inspiró a crear más. Ojalá tenga el mismo efecto en ti. La ves y me cuentas. Here you have.

que me guste lo que escribo

Revisando en las recónditas esquinas de mi pc, encontré esto. Lo escribí hace varios años, y es una muestra de una de las cosas que odio "Que me guste lo que escribo, pero que lo odie cuando lo leo un tiempo después". No sé si antes era inmadura y cursi, o si ahora soy inmadura y gélida. De cualquier manera me revela que no hay forma sin fondo y que todo depende del contexto. Los contextos son distintos y ahora me parece patético. Patético el poema, patético el contexto.


Subo escaleras despreocupadas
De la vida intermedia en que camino
Silente pasiva apática
Patético andar patético reír
Patética forma de vivir

Triviales palabras rondan mi cerebro
Y mi corazón se encuentra vacío
No solo, sólo vacío
no solo, sólo sin brío

subo las escaleras despreocupadas
con un sonrisa inerte en el alma
sintiéndome paria
sintiéndome nada

entrañas retorcidas
corazón en pausa
cada vello de mi cuerpo siente tu presencia
cada presencia de mi alma siente tu belleza

esta vez no miro al cielo
el cielo me mira mi
el tiempo curó mis heridas
el tiempo alejó nuestras vidas

cielo, no vuelvas más
verte frente a frente me hace mal
al ver que nunca un pájaro seré
y en tu profundidad nunca podré nadar




un haiku, el haiku

"un charco: la calle inundada de cielo"

desde hace un par de años

Eran las 7:30 y no llegaba. Me había levantado a las 6 de mañana por lo que mi humor no era el mejor. Me había sentado lejos de los demás porque era el segundo día y no soportaba un minuto más de bromas tontas y cuentos de verano. Estaba mirando por la ventana buscando que pase algo que nos obligara a irnos (que alguien active la alarma de incendios YA!). Muy tarde. Llegó y lo estaba odiando. No saludó, no nos miró, no me miró. Sacó un papel y comenzó a llamarnos uno por uno. Tengo que reconocer que no tartamudeó ni pronunció mal mi nombre (cosa a la que estoy demasiado acostumbrada los primeros días). Lo que me temía: las dinámicas de presentación. Hola, mi nombre es tal e inicialmente yo quería estudiar arte, pero mis viejos no querían así que me metía a esto. Esa misma frase con distintos nombres 24 veces más. Seguía mirando por la ventana: no me interesaban mucho sus frustraciones, suficiente con las mías. Y tú? (Por un momento me había colgado mirando una planta de afuera). Ah, yo, yo no tenía… no tengo idea de qué voy a hacer con mi vida. Por descarte era gastronomía o esto, luego vino Gastón Acurio, así que me metí a esto. -Ah! Eres una rebelde. (TE ODIO, he tenido que vivir con esa frase la mitad de mi vida, sólo porque digo lo que pienso y hago lo que siento no significa que vivo para contradecir al mundo). -Ja, ja, ja, (además de rebelde soy hipócrita). -Estas molesta? -Yo? NOOOO, solo un poco cansada (my ass). -Tienes enamorado? (en otro contexto esa pregunta hubiera sido rara, pero ya se lo había preguntado a todos, así que no era rara, solo estúpida) -No. -Desde cuándo? (la verdad es que tengo un problema con los compromisos y tiendo a fraternizas con mis pretendientes por que lo que siempre soy yo la culpable de que mis relaciones no funciones, no funcionen? Perdón, que nunca se inicien. La única relación que he tenido fue desagradable, casi incestuosa, así que tendría que decir que no tengo enamorado desde siempre. Después de todo creo que no digo todo lo que pienso, pero solo por economizar explicaciones) -Desde hace un par de años. Sentí algo en la nuca. Ah! Sí, son las miradas de lástima del resto, las había olvidado.

bohem, pero chic?

lunes, 21 de enero de 2008

Uno de mis dos perros (el más meloso, tal vez por el hecho de que tiene un pasado oscuro que terminó cuando lo recogimos de las calles) tiene esa mala manía de lamer manos y brazos por doquier. Hoy la víctima soy yo. Le digo a mi otra perra (mi perra, me encanta decir eso, me hace sentir media pimp): "Aplica, Gorda (nombre falso para proteger su identidad y, porque está gorda), aplica!" haciendo referencia al sketch del especial del humor para que me quite al lamedor de encima. Mientras me quejo de por qué yo soy la víctima del día, mi hermana me sugiere no muy sutilmente que es porque hoy no me he bañado. Es cierto, hoy no lo hice, ahora que lo recuerdo, ayer tampoco (solo porque no he salido), anteayer lo hice... sí, probablemente anteayer sí lo hice. Fumo, camino sin zapatos, no me peino y no me baño. Yo lo llamo... no sé como lo llamo, pero mi hermana me salió un día con que soy bohemia. Bohemia? Cuando digo bohemio me imagino alguien vestido como francés (o como venden a los franceses: con su boina y sweater a rayas horizontales) que vive solo en un estudio antiguo, que bebe vino y toma sexo. Ahora, si quedamos en que desde ahora bohemio significa persona que vive con sus padres, que comparte cuarto con su hermana, cuyo mejor amigo es un perro, que estudia la carrera relacionada al arte más comercial del mundo y que es abstemia por todo menos por voluntad propia, ok soy bohemia. Por ahora, qué chanchos soy? ni yo lo sé. Acepto sugerencias.

genial

Nunca pensé que saber que alguien además de mí ve mi blog y al mismo tiempo que escribo esto fuera tan ... viceral? Me encanta esa palabra. Esa y genial

el soundtrack de mi vida

Let's face it: así como cuando camino de noche y estoy feliz necesito a Arctic monkeys cantandome al oído mientras camino al mismo ritmo, también estaría bueno que cada vez que me sienta sola Tori Amos se ponga un par de canciones. Lástima que cuando necesitas parar para buscar la canción en el maldito (bendito) Ipod todo el feeling de "mi vida es una película" se corta.
Nota: inventar un reproductor que automáticamente reproduzca música según tu estado de ánimo. Acá unos anuncios (me imagino que no oficiales por el diseño medio tela) para no aburrirnos. Tienen su gracia

hablando de platón, el origen del amor

domingo, 20 de enero de 2008

Hace algunos años, cuando llevaba clases de Teoría del Conocimiento tuve que leer el Banquete de Platón y me abrió un poco más los ojos. Me hizo un poco más feliz esta "historia" pertenece a la lista de las pocas cosas que hacen que la boca del estómago se sienta... ya saben, esas cosas que producen reacciones vicerales, poemas, canciones, amores, cosas vicerales. Si pueden leánlo, si no, encontré una banda que resumen muy bien la historia. Acá está la letra traducida y por ahí abajo hay un par de links de youtube en los que está el video que ilustra muy bien la historia. Hay una pela. Quien la tenga, que me la pase. En serio.
Hedwig and the angry inch - Origin of love
Cuando la Tierra todavía era planaY las nubeseran de fuegoY la montañas se estiraban hasta el cieloA veces aún más altoLa gente vagaba por la Tierra Rodando como inmensos barriles.Tenían dos pares de brazosTenían dos pares de piernasTenían dos caras mirando desde una cabeza gigante. Así podían vertodo a su alrededor. Hablaban mientras leíanY nunca supieron nada del amor.Era antes del origen del amor.El origen del amor el origen del amor. Entonces había tres sexos: Uno que parecía dos hombres pegados por la espalda. Se llamabanlos hijos del sol Y similares en forma y contorno Eran las hijas de la tierra Parecian dos mujeres enrrolladas en una Y los hijos de la luna parecían un tenedor metido en una cuchara Eran parte sol, parte tierra Parte hija parte hijo. El origen del amor. Entonces los dioses empezaron a asustarse De nuestra fuerza y nuestro desafío Y Thor dijo"Voy a matarlos a todos con mi martillo igual que matéa los gigantes"Pero Zeus dijo "No, mejor déjame usar mis rayos como tijeras Como cuando les corté las piernas a las ballenas Y convertí a los dinosaurios en lagartos "Entonces agarró algunos relámpagos Soltó una carcajada, Dijo, "Los partiré por el medio Los cortaré por la mitad "Y nubes de tormentase juntaron en lo alto Se hicieron bolas de fuegoy entonces cayó fuego disparado desde el cieloen relámpagos Como los filos brillantesde un cuchillo, rasgando la carne De los chicos del sol De la lunay de la tierra Y un dios indio Cosió la herida como un agujero y formó nuestros ombligos Para recordarnos el precio que pagamos. Y Osirisy los dioses del Nilo formaron una gran tormenta y luego un huracán que nos dispersó en una corriente de viento y lluvia. Un mar de olas gigantesque nos llevaría por delante Y si no nos comportamosnos cortarán otra vez Y andaremos por ahí saltando con un solo pie,mirando con un sólo ojo. NEGADME Y SEREIS CONDENADOS. La última vez que te vi Acabábamos de partirnos en dos Tu estabas mirándome Yo estaba mirándoteTenías algotan familiarque no pude reconocer Porque tenías sangreen tu cara Yo tenía sangreen mis ojos Pero podía jurar por tu expresionque el dolor en tu almaera el mismo que el mío Es el dolor que corta en una línea el corazón Lo llamamos amor Nos abrazamos Intentamos volver a estar unidos Estábamos haciendo el amor haciendo el amor Fue en una oscura y fria tarde hace mucho tiempo por la poderosa mano de Júpiter. Fue una triste historia cómo nos convertimos en solitarias criaturas de dos piernas. La historia del origen del amor.Ese esel origen del amor.El origen del amor

lógica del amor platónico

Platón: sostiene la teroría del mundo de las ideas.
Idealizar: Creer o representarse la realidad como mejor y más bella de lo que es en realidad.
Amor Platónico: Es una forma de amor y amistad en que no hay un elemento sexual o este se da de forma mental, imaginativa o idealistica y no de forma física.

-Hola soy Nefelibata y... soy adicta a los amores platónicos.
-¡HOLA NEFELIBATA!

la historia de mi vida

Era su cumpleaños y luego de unas copas de sangría y un par de tragos que parecían hechos a base de enjuague bucal salimos a caminar. Eran un poco más de las 12, osea teníamos para rato, salvo porque habíamos gastado casi 150 soles en el primer bar y el presupuesto estaba ya más ajustado, por no decir nulo. Un grupo de 6 (dos parejas, pero solo una de enamorados) caminando en Barranco resulta muy atractiva para la tribu de jaladores de los barsuchos de esa calle por la que paso mucho pero de la que no se el nombre. Un chico de unos 20 años nos detuvo en medio de la pista y con alegría poco creíble nos invitó a uno de ellos con la promesa de que el ambiente estaba "ponedor" y que las chicas tomaban gratis hasta la 1 Y, como si fuera poco, por ser "nosotros" nos iba a dejar la entrada libre. Después de unos tragos estábamos aun sobrios, pero no es secreto que la combinación de licores habían puesto al dueño del santo un poco más amigable de lo normal, por lo que accedió a la propuesta. Un poco confundidos y con nuestras típicas risas burlonas lo seguimos y entramos. Todas las cabezas voltearon para vernos. No sé por qué, pero algo me dice que era porque la ropa y la actitud delataban que normalmente no frecuentábamos esos lares. Las miradas despectivas de las otras dos chicas de nuestro grupo y mi carcajada al ver a un morena con trenzas vestida con un polo de la selección tampoco ayudaron. El jalador seguía guiándonos hacia un mesa al fondo que no llegaba a ver con claridad porque estaba oscuro. Yo simplemente seguía al cumpleañero que estaba adelante mío. Un minuto después nos encontrábamos agitados en la calle a una cuadra de aquel bar con un ataque de risa tras darnos cuenta que le habíamos jugado un broma al chico alegre que nos había hecho el habla hace un toque. Los dueños del bar deben replantearse la arquitectura del mismo: no conviene que la puerta de entrada esté unida a la de salida por un corredor en forma de u. Faltos de ideas para seguirla nos sentamos en la rotonda del parque mientras mirábamos qué DVD's se había comprado él en Polvos antes de venir. Casi todas eran de terror, de las comerciales gringas que también tienen su gracia si te quieres reír un rato, menos una. Después de cagarnos de risa al ver que la carátula de Amelie con su cara blanca y sonrisa diabólica diera más miedo que las otras, propuse caminar hasta Miraflores. La gorda no estaba muy de acuerdo porque le dolían lo pies, pero luego de explicarle que prácticamente solo teníamos que cruzar el puente aceptó no muy alegre. Terminé haciéndola de guía. Conocía esas calles un poco mejor porque, a pesar de nunca haber vivido en Barranco, estoy enamorada de sus calles y casas antiguas. Llegamos a un parque cerca a la avenida y ya eran más de las 2. Recordé que justo ahí había una casa de la que estaba un poco más enamorada. Era rara y vieja, como me gustan. Tenía vitrales y un pórtico gigante, una rareza en Lima. Todos nos quedamos mirándola un rato. Me gusta pensar que en ese momento entendieron un poco mi gusto por las casas viejas. Él, el chato y la gorda se quedaron hablando atrás mientras que yo caminaba con la pareja de enamorados. Escuché mi nombre y me volví. Era el chato que me estaba tratando de decir algo mientras que él le tapaba la boca. Me recordó a cuando de chica le tapaba la boca a mi hermana para que no le dijeron a mi vieja que no me había bañado. Me imaginé que se trataba de algún raje sobre mí o alguna mañosada, con las cuales no tengo problema alguno porque es mi mejor amigo y siempre bromeamos con esas cosas como si yo fuera un pata más. Después de insistir mucho, y hacerme la sufrida me lo dijo entre risas: "Nada, solo le dije que la casa que nos enseñaste era la casa que te iba a comprar cuando nos casemos". No entendí el drama. Es algo que cualquiera diría en broma porque no hay nada más que decir, especialmente nosotros que somos tan amigos y que ya superamos esa rara etapa inicial en la amistad de todo hombre y mujer (la etapa del forzado respeto, la ligera distancia y la ausencia de bromas sexuales). Siguió riendo al darse cuenta del sin sentido de toda la situación, un poco ridícula, muy infantil. Los enamorados estaban ahí con nosotros y en plan joda insinuaron que su vergüenza se debía precisamente a la sinceridad de sus palabras, que yo le gustaba. Me reí. Él, no.

nefelibata

Nefelibata (el que camina por las nubes)
III
En fin, convaleciente, llegué a nuestra ciudad de Buenos Aires, no sin haber escuchado a míster Root a bordo del Charleston sagrado; mas mi convalecencia duró poco. ¿Qué digo? Mi emoción, mi estusiasmo y mi recuerdo amigo, y el banquete de La Nación, que fue estupendo, y mis viejas siringas con su pánico estruendo, y ese fervor porteño, ese perpetuo arder, y el milagro de gracia que brota en la mujer argentina, y mis ansias de gozar de esa tierra, me pusieron de nuevo con mis nervios en guerra. Y me volví a París. Me volví al enemigo terrible, centro de la neurosis, ombligo de la locura, foco de todo surmenage donde hago buenamente mi papel de sauvage encerrado en mi celda de la rue Marivaux, confiando sólo en mí y resguardando el yo. ¡Y si lo resguardara, señora, si no fuera lo que llaman los parisienses una pera! A mi rincón me llegan a buscar las intrigas, las pequeñas miserias, las traiciones amigas, y las ingratitudes. Mi maldita visión sentimental del mundo me aprieta el corazón, y así cualquier tunante me explotará a su gusto. Soy así. Se me puede burlar con calma. Es justo. Por eso los astutos, los listos, dicen que no conozco el valor del dinero. ¡Lo sé! Que ando, nefelibata, por las nubes... Entiendo. Que no soy hombre práctico en la vida... ¡Estupendo! Sí, lo confieso: soy inútil. No trabajo por arrancar a otro su pitanza; no bajo a hacer la vida sórdida de ciertos previsores. Y no ahorro ni en seda, ni en champaña, ni en flores. No combino sutiles pequeñeces, ni quiero quitarle de la boca su pan al compañero. Me complace en los cuellos blancos ver los diamantes. Gusto de gentes de maneras elegantes y de finas palabras y de nobles ideas. Las gentes sin higiene ni urbanidad, de feas trazas, avaros, torpes, o malignos y rudos, mantienen, lo confieso, mis entusiasmos mudos. No conozco el valor del oro... ¿Saben esos que tal dicen lo amargo del jugo de mis sesos, del sudor de mi alma, de mi sangre y mi tinta, del pensamiento en obra y de la idea encinta? ¿He nacido yo acaso hijo de millonario? ¿He tenido yo Cirineo en mi Calvario?
Frangmento Epístolas (Rubén Darío)

vendo corazón sin usar

Única dueña. En bolsa y caja original.

Incluye manual muy usado.

cosas que odio cosas que amo

sábado, 19 de enero de 2008

Cosas que odio
La gente que se ríe aplaudiendo
La gente fácil de complacer.
El público del Francotirador (estudiantes de periodismo que se ríen fácilmente y que aplauden mientras lo hacen)
Que mis viejos traten, inútilmente, de usar palabras técnicas cuando están comprando algo “muy tecnológico”. (Cómo decirles que mp3 es un formato cuando no saben qué es un formato. Cómo explicarles qué es mp4 cuando no saben qué es mp3).
Tener que activar la cuenta de mail de mi mamá cada año para que nunca recuerde su clave que, por cierto, siempre es su nombre.
No emocionarme en Navidad y Año Nuevo.
Tener que inventar historias de sobreprotección paternal para evitar reuniones con demasiada gente que no conozco y gente que conozco.
Que ame todo lo que escribo y que lo odie cuando lo leo después de un tiempo.
Que todos mis lapiceros nuevos se caigan de punta el primer día de uso.
Que mis perros me arañen la cara.
Que te hagan el habla en el parque mientras paseas a los perros. (¡Caga rápido!)
Las visitas inesperadas
Las visitas
Fingir que me mató la pulserita que me regaló mi madrina en Navidad.
Tener que escribir Navidad con mayúscula.
Ir a misa.
Hacer listas de invitados para reuniones.
Hacer listas de invitados para reuniones y darte cuenta que solo tienes 4 buenos amigos.
Hacer lista de invitados para reuniones y darte cuenta que solo tienes 4 amigos.
Darme cuenta recién a estas alturas que podía haber copiado y pegado las dos oraciones anteriores.
Tipear lentísimo.
Ser la nueva.
Ser la nueva que parece seria.
Los celulares.
La gente nextelizada.
El brip, birp (como sea que se escriba) de los Nextel
El speaker de los celus.
Los videos de los celus.
Las cámaras de los celus.
Internet en los celus.
Todo lo que mi celu no tiene.
Manejar
Tener que decir que odio manejar para justificar el hecho de que no tengo carro.
Los pantalones pitillos.
Los tacos.
Que la gente insista en que me lacee el cabello.
Windows Vista
El calor en verano
El frío en invierno
La gente que no puede estar sola.
Tener que celebrar cosas porque el calendario lo dice.
Que votar sea obligatorio.
Nunca haber votado.
Tener que ser modesta.
Tener más claro lo que no quiero que lo que quiero.
Que la palabra Messenger se ponga en mayúsculas automáticamente en Word.
Que mi abuela opine sobre mi ropa.
Que mi abuela haga comentarios impertinentes.
Al estafador del padre Manuel y sus misas de curación.
Que mi compu sea lenta.
La palabra amix.

Cosas que amo

El estado No Conectado de Messenger.
Nunca tener saldo.
Que mis viejos estén dementes.
Ser demente.
Escuchar la misma canción noventa y nueve veces.
Acordarme de que a partir de treinta y uno los números se escriben separados.
Los exámenes de ortografía de todos los meses de todos los años de la Miss Olguita.
Haber sido alumna de Miss Olguita.
No haber aprendido nada de arte en el colegio.
Que mi perra espere en mi puerta por las mañanas.
Que mi ropa esté llena de pelos de perro.
Que eso ahuyente un poco a la gente.
Los ductos de ventilación que el tiempo ha hecho en mis zapatillas.
Usar sandalias con medias.
Vestirme como loco de parque para dormir.
Ver televisión basura.
Creer que puedo hacer beatboxing.
Comer frutas.
No ser vegetariana.
Creer a medias en dios.
Permitirme escribir dios en minúsculas.
Haber estudiado en colegio de monjas Y de mujeres y que eso no me defina.
La palabra nefelibata

yo

Edad: 19
Sexo: Femenino
Educación: superior en proceso
Incluya una breve descripción:
Solitaria crónica, mordedora de perros, niña de mama, evocadora de imágenes incomodas, ventiladora de pensamientos demasiado sórdidos o estúpidos para ser revelados, incomprendida social conforme con su incomprensión porque le atribuye a el todo lo que es, soñadora idealista, carcasa seria con interior de payaso, observadora critica, habladora impertinente, rebelde verbal, utilizadora compulsiva de palabras estúpidamente inteligentes, apeladota a la intelectualidad de los demás, intelectual sin desarrollo, intelectual en desarrollo, pesimista cuando todos son optimistas, optimista cuando todos son pesimistas, fanática de dar la contra, fanática de pensar diferente, exploradora de posibles talentos, perdedora de cosas importantes, impuntual sin remedio, ida, dibujante sin técnica según los gurís de la ilustración, dibujante sin técnica por decisión propia, dibujante con técnica, creadora de teorías para todo tipo de fenómenos sin aparente trascendencia, encargada en el mundo para destruir los mitos de salud de mi abuela, moderadamente adicta a usar 2 panadol(es) (quien sabe) para dormir, fumadora social victima del sistema, estudiante para dejar de ser victima y pasar a ser parte del sistema, contradicción viviente, freak gone normal debido a la universidad según personas que opinan porque tienen boca (gracias universidad, normal es lo mas feo que me han dicho en toda mi vida), victima de una abducción alienígena, desdobladora inexperta, victima de la sugestión causada por documentales de infinito sobre las abducciones y desdoblamientos, experta para usar tres palabras inteligentes y tres lisuras en una misma oración, amargada con la vida, actual inconforme, nunca conforme, mandona sin excepción, utilizadora de la palabra MENTIRA después de cada comentario tal vez impertinente y ofensivo pero honesto para disminuir sus efectos negativos cuando todos saben que es verdad, afanada temporal con todo tipo de hobbies, deportes o actividades extracurriculares, actualmente afanada con el grabado, mañana afanada con que sabe dios, incumplidora del mandamientos no digas el nombre de dios en vano, evidentemente exalumna de colegio católico, noctámbula, buena amiga a distancia, mala amiga por teléfono, enemiga del teléfono, escritora eventual de descripciones propias a little too long a little too boring, bilingüe alienada, amante de la música sin identidad musical, individuo con mucha autoestima, amante de los animales, odiarte de los gatos, ratas en general y palomas muertas que mi perra recoge en el parque, objeto de burlas y elogios, mucho mas productiva y mejor persona cuando estoy sola, vaga y atorrante cuando estoy en grupo, conocedora del desconocimiento de la masa en cuanto al significado de la palabra atorrante, empleadora de palabras redundantes para marcar intensidad como por ejemplo vaga y atorrante ( ya deben haber descubierto que significa atorrante), descaradamente burlona sin ánimos de ofender ni cambiar la identidad de los demás, pero descaradamente burlona con la gente que quiero, directa, involuntariamente fría, repelente para quienes no debería serlo, ingrata, desmemoriada y desapegada al pasado, apática, ida, noctámbula (ya lo dije creo) y ya es hora de callarme.

A quién le gustaría conocer: (a nadie, pero si tengo que responder algo...)
gente cuya curiosidad sea mas fuerte que la flojera de leer una descripción como la mía, gente que no haya leído mi descripción no por flojera sino porque no les gusta leer basura, gente como yo, gente diferente a mi, gente que sea gente, que tenga un mínimo de sentido común, un poco de ética y si no es mucho pedir uno que otro valor, gente que sabe cuando ser payasa o cuando ser seria, gente de no hable tanto como yo, gente que soporte escucharme, cualquier persona autentica, wevones naturales, lo suficientemente inteligente para entender mis comentarios irónicos, lo suficientemente seguro para decir no entiendo y no reírse sin saber, cualquiera que sepa algo que yo no sobre cualquier cosa y que este dispuesto a enseñarme.